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Con esta situación tan complicada a nivel mundial generada por el virus COVID-19 y con las medidas de confinamiento y cierre de fronteras, son muchas las empresas turísticas y destinos turísticos que miran al futuro con una visión incierta durante el año 2020, ¿Será un año perdido por completo? ¿O podremos volver a viajar pasados unos meses? ¿Cambiará para siempre la forma de viajar y conocer mundo?

Todo dependerá del estado GLOBAL de la pandemia porque si muchos países superan esta crisis, pero sigue habiendo otros que aún la sufren, el futuro del turismo y de los movimientos extramuros (o dentro de las mismas fronteras de un país) seguirá comprometido.

También los clientes /turistas miran con precaución esta situación, y muchos están cancelando y modificando para más adelante sus esperados viajes. El mundo no puede vivir sin viajar, pero sí puede posponer sus planes de viaje para lograr la seguridad y la salud del resto y la suya propia.

Una vez “aplanemos la curva”, algo que parece (siendo muy optimista) que comienza a pasar en países como España o Italia, ¿Volverán a viajar las personas? ¿O habrá cierto miedo y precaución en la sociedad y dejarán sus planes de viaje para mucho más adelante? La respuesta es compleja, y depende de tres factores:

Un primer factor es las decisiones que tomen los gobiernos, que parece que van en la dirección de ir abriendo de una forma muy lenta y progresiva los confinamientos, fronteras o permitiendo cada vez más actividades en cada país. Por ello son principalmente importantes las actividades turísticas, hoteleras y de ocio, que tienen posibilidad de ser de las últimas en “re-activarse”, solo por delante de los colegios y las residencias de mayores.

Un segundo factor se apoya en las decisiones de cada compañía, ya que actualmente de hecho son las compañías aéreas y ferroviarias las que tienen la última palabra y están cancelando viajes o dejando que se siga viajando. Serán ellas las que irán abriendo la oferta según vayan considerando, o según los gobiernos de cada país les permitan hacerlo.

Una tercera y más importante razón es el factor personal, pues una vez los gobiernos y las compañías “abran” fronteras y permitan de nuevo las actividades turísticas, hoteleras y ocio, cada persona decidirá si se “atreve” a viajar, o si por el contrario pospone sus sueños y decide no viajar. Este factor es difícil de predecir, y como depende de cada persona no se sabe si serán más los que decidan retomar sus viajes, o si se quedarán en sus casas/ciudades/pueblos por cautela.

¿Y tú? ¿Te harás un gran viaje cuando todo esto termine?

Una solución para el mundo del turismo, al menos en España, es fomentar el turismo interno. Una vez se “aplane la curva” y se relajen las medidas de confinamiento y de reducción de transportes es posible vender de nuevo viajes a los clientes en los que no tengan que salir de nuestras fronteras, en los que no tengan que tomar un avión con muchas horas de vuelo (con la consiguiente posibilidad de estar en contacto durante esas horas con alguien contagiado) y en las que se venda un factor psicológico de doble función: viajes por España para reactivar la economía nacional, y viajes dentro de nuestras fronteras para vender mayor “seguridad” , pues en otros países será más desconocida la situación real que están viviendo.

Aún todo lo dicho, viajar es algo necesario para los seres humanos (no solo una actividad de ocio o de veraneo), y las personas necesitan “salir” a conocer y disfrutar, o incluso perder de vista sus casas y sus ciudades durante un tiempo después de haber estado confinados durante tantas y tantas semanas. Ahí estarán las empresas de viajes como vendedoras de libertad y sueños para intentar “reactivar” esos sueños de los clientes, darles confianza, y venderles algo que les convenza de acuerdo con factores de seguridad y tranquilidad.

Es interesante ver cómo se están moviendo las empresas turísticas en sus estrategias de marketing durante esta crisis. Son ya numerosas las campañas de agencias y touroperadores en las que la emocionalidad y los mensajes de esperanza en el futuro son los grandes protagonistas. Estas campañas utilizan valores de esperanza, ánimo y confianza en el futuro para volver a viajar, con mensajes que piden cambiar las fechas de tus vacaciones como hace Viajes El Corte Inglés, o con “volver a soñar con viajar”.

Viajes El Corte Inglés, la empresa de agencias de viajes más grande en España pide a los clientes que no cancelen sus viajes, y que intenten retrasar sus vacaciones. Un mensaje inteligente que incluye el hashtag #salvemoselturismo, porque saben que este es un motor importante de la economía española y que sin ello también está jugándose su propia supervivencia.

Otras empresas grandes como B the Travel Brand transmiten mensajes claros y directos como “volveremos a viajar”.

Son los mismos mensajes que los que transmiten otras agencias menores con esos claim más emocionales, animando a que, cuando todo termine, se podrá volver a viajar y se hará de forma más intensa, se disfrutará más, etc.

Algo curioso es que todavía estas compañías no están utilizando de momento un mensaje de vender viajes  como “premio” o como forma de “salir de esa cárcel” emocional o espacial que está suponiendo el confinamiento. Evidentemente todavía no es tiempo para lanzar este tipo de mensajes si lo que se busca es ventas, pero sí podrían empezar a utilizarlas para hacer “branding” y que a largo plazo (en unos meses) este mensaje ya haya calado tanto en los consumidores que se haya hecho un trabajo previo para “convencer” a los clientes que cuando esto mejore no deberán tener miedo a viajar.

 

Se verá en las próximas semanas cuáles son los mensajes o estrategias que van transmitiendo las empresas de turismo, que parecen complejos por una situación inestable y que afecta al corazón mismo del turismo mucho más que a cualquier otra industria en el mundo.

 

El turista curioso: Eduardo Fernández Rosauro.